martes, 13 de enero de 2015

El Chavismo, el sentimiento que se adueñó de un país

El 5 de marzo del 2013 divulgaron la muerte del presidente Chávez, quien para entonces tenía 14 años en el púlpito más elevado de nuestra Venezuela. Sin duda, una noticia que conmocionó al país entero ya que para la fecha de su ausencia aún los que ya pensaban que había fallecido, les golpeó el desconcierto de escuchar que el asunto ya no era un rumor sino una realidad y para los que siempre creyeron -tal como lo describían los copartícipes de su revolución- que nuestro presidente estaba jugando bolas criollas y bailando joropo, absolutamente incólume al tratamiento post operatorio, la noticia les enajenó los sentidos de quebranto y nostalgia, como normalmente ocurre cuando fallece un ser muy cercano.



Sin ningún desconocimiento puedo expresar que podemos sentir una profunda tristeza por la partida de un ser querido. La pesadumbre llega hasta alterarnos los nervios y podemos dejarnos dominar por el llanto y la depresión en cualquier momento, mientras rogamos en silencio que la etapa de la “Aceptación” llegue rápidamente. Pero en estos días, dubitativo en una enorme cola, mientras descendía lenta pero bruscamente en un enorme hueco, un niño me tocaba la ventana para pedirme dinero, observaba un autobusero TRAGARSE sin piedad la luz del semáforo y a su vez –por supuesto- podía apreciar el sucinto acto de malabarismo que presentan los púberes de hoy en día en las esquinas de los semáforos, exponiendo el arte como pretexto; mientras todo eso sucedía volteé hacía arriba y observé una pancarta del finado presidente Chávez que quedó pendiente por desmontar luego de sus últimas elecciones y medité un momento sobre el asunto… ¿Qué carajos hace esa pancarta ahí cuando ya han pasado meses de las elecciones? Incluso ganó Chávez; de paso ya murió Chávez y para colmo el presidente ya es Maduro!! ¿No se supone que esa valla ya la debieron haber desmontado? No podía creerlo. Avancé un poco más y un señor intenta venderme un mamones, intento fallido. No tenía aire acondicionado y la paciencia la estaba sosteniendo con una cuerda muy delgada. Miro hacia adelante y veo los carros intentando irrespetar el semáforo y al cabo de unos minutos sucede lo inevitable, se congestionó la esquina hasta el punto que nadie quería darle paso al otro, se gritan, se agreden, se amenazaban con los vehículos, el malabarista tuvo que abandonar su acto para convertirse ahora en el espectador del show. Todo un dedicado espectáculo del tercer mundo elaborado paso a paso por cada uno de nosotros, con los recursos, la cultura y la educación de cada quien, sobre un escenario impuesto por  los dirigentes que elegimos nosotros. Jaja, cómico el asunto, un día normal en mi ciudad, trato de tomarme el asunto con calma. Me fumo un cigarro, subo el volumen de la música, y vuelvo a ver la propaganda de Chávez, la veo… la veo y la vuelvo a ver. Ya había superado que no la habían desmontado pero ahora que la vi de nuevo, analicé mi reacción anterior y me di cuenta de que mi  impulsiva queja no se debía porque no desmontaron la propaganda. Yo me estaba quejando desde mis adentros, porque a pesar de que el país no ha tenido las pujantes mejorías que Hugo Chávez prometió en el 99´, que a pesar de que el presidente había dicho que se quitaría el nombre si habían niños en la calle, que a pesar de que vivimos en un país petrolero con un ingreso fijo multimillonario desde hace décadas y por muchas décadas más, aún tenemos huecos en las avenidas, problemas de salud, inseguridad, corrupción, hampa común y organizada, hospitales deplorables, escuelas decadentes, falta de vialidad para los barrios, pésimos salarios en general, la escasez hace competencia con el hambre y la inflación es algo que tiene vida propia. En fin, luego de pensar tantas cosas y ver un rato la propaganda jamás desmontada de Chávez, mi pregunta final fue

¿Qué tiene que hacer un presidente con su país para que lo lloren como si hubiera fallecido un hijo mismo?

Después de ver a tu alrededor soberano desastre causal de un vórtice de caos comparable únicamente con lo que la poderosa Biblia llama el Armagedón, como el que estábamos compartiendo nosotros como hermanos tercermundistas, créanme! Responderme eso ameritó reflexión, trabajo intelectual y multineurónico.



Primero debemos saborear un tema, y lo digo así porque cuando se conversa de esto se pueden tener distintos puntos de vista pero como todo aspecto tiene su criterio racional debe tener entonces una verdad intrastornable y no hay nada mejor que conocer la verdad por muy dolorosa que sea. Veamos entonces, ¿Qué es el chavismo?

Claro está que a finales de los 90´ nace un movimiento político reflejado en una notoria fuerza popular que le adjudica a Hugo Chávez la victoria presidencial en sus primeras elecciones y más aún cuando se realiza la reforma constitucional, pero esta aparente alianza “pueblo-líder” es más por una necesidad colectiva de la nación que por una convicción personal de Hugo Chávez, aunque ésta última no se descarta en lo más mínimo y esto es fácil deducirlo pero creo que lo sabemos todos; años tras años de estafas políticas, mofas y convenientes medidas para exprimir los bolsillos de los venezolanos nos hizo sentir en esas últimas décadas como asnos haciendo colas para votar por nuestro próximo decadente gran ladrón de cuello blanco que se encargaría de coleccionar ceros en sus cuentas extranjeras con sus colegas partidistas mientras al pueblo debía conformarse con las roñosas sobras y pésimos tratos como protagonistas de nuestra soberanía. Sin caer en mucho detalle, esto se resume así y nunca dejó de ser cierto.

Siendo así la fabulosa historia, no parece increíble pensar que alguien con un buen guión socialista, con antecedentes político-nacionalistas y que además se arrope con el mayor carisma que pudo conocer un venezolano con cédula de 4 guarismos, pueda competir contra una escueta congregación de parásitos políticos y no solo abatirla sino desacreditarla, preterirla y desmantelarla al máximo posible, pero el asunto no es que lo hiciera porque se lo merezcan sino porque son peligrosos para su permanencia.
Cuando el difunto presidente comenzó su primera campaña, su discurso tenía una estructura muy distinta a lo que hoy conocemos como tendencia política. No voy a resbalar en la diatriba de opinar si el discurso era mejor o peor que los siguientes; me conformo con expresar que era `distinto´ y estoy convencido de que fue así porque necesitaba adueñarse del coroto, una vez en la silla tendría tiempo de enamorar al pueblo y tan seguro estuvo que meses después volvió a medirse en elecciones y ganó desmedidamente, como lo continuó haciendo los siguientes años en ascenso.

¿Pero, qué es lo que realmente hace al venezolano `pura sangre´ enamorarse de esta figura? ¿Cómo se convierte una persona que antes fue adeca o copeyana, en chavista? ¿Qué es el chavismo? Hace unos días leí a un polítólogo llamado Nicmer Evans, reconocido públicamente como un venezolano chavista, que escribió un párrafo describiendo el chavismo de la siguiente manera –lo citaré para no romper la ética-  me pareció muy ocurrente:

“Ideológicamente el “Chavismo” ha pasado del “Árbol de las 3 Raíces” a “La Tercera Vía”, el “Socialismo del Siglo XXI” y en la actualidad se circunscribe en el “Socialismo Bolivariano”, pero en ningún momento ha dejado de ser “chavista” ya que se direcciona permanentemente por la conducción del Presidente Chávez”…”El “Chavismo” es marxista y cristiano, y sin ser contradictorio, se alimenta del sincretismo latinoamericano, la concepción socialista de Abreu D Lima, y de la Teología de la Liberación; es moderno y postmoderno; posee en su caracterización el pensamiento de Bolívar que va desde el pensamiento del socialismo utópico hasta el pensamiento liberal rousseauniano más radical; rescata al pensamiento de Mariategui y Ludovico Silva, pero al final termina siendo profundamente socialdemócrata en una línea más cercana a la de Kaustky y bastante distante de la Berstein.”

Jaja!, vaya concepto, pareciera que quiera abarcar tanto que no es un coño pero resulta que sí es. Ahora bien, el chavismo no puede ser una doctrina política porque una doctrina como fin de estudio debe estar respaldado y fomentado por una fuerte base, aspectos firmes y características determinantes que le dan forma racional a dicha idea o tendencia; dicho esto, bien sabemos que el chavismo no nace de lo que se predijo, lo que se predijo no se cumplió, lo que se cumplió no fue lo que se pronosticó, y aunque esto parezca solo un juego de palabras, esto sucedió así gracias a la improvisación con la que se fueron tomando las decisiones de un país, donde un presidente decía lo que tenía que decir maquiavélicamente, para que todos se fueran contentos y no decepcionados; “después ves cómo resuelves…” por lo tanto, doctrina no es, pero para saber qué era o es, vamos a recordar y analizar cómo se fecunda dicha pasión por el fulano.

Esta informalidad de resolver problemas, de escabullirse, típica del venezolano; dejar de vez en cuando las protocolares normas de alocuciones al país con un gremio de diputados en frente, saludando a quien se le pasase por la vista, pidiendo cafecito en una cadena, y relatando sus historias de “la sra. de las empanadas”, “el día que me dio diarrea en el cuartel”, “cuando pedía prestado para invitar a una chica”; todo hace una invisible conexión
entre el pueblo y el líder, que deja más que demostrado que ser quien era estaba al alcance de cualquier persona del pueblo. Esto no se había visto jamás, lo más cercano que habíamos tenido a un presidente que se salía de las líneas estiradas del discurso preparado fue Luis Herrera Campins, cuando sacaba un chocolate en plena cadena. Esto que hacía Hugo Chávez es parte de lo que el venezolano quiere ver en un mandatario porque es parte de lo que el venezolano es, y por eso el  nuevo presidente Nicolás y el que le siga, así sea opositor, seguirá con su misma línea de conducta, porque les ha dado resultados efectivos.

Abordando otro punto, una actitud de Chávez que hacía vibrar las fibras del resentimiento acumulado en el venezolano olvidado era la de pararse en frente de un estrado con un cierto número de diplomáticos extranjeros y quejarse del “Imperio Yankee”, y cuando lo hacía en televisión nacional era más incisivo ya que tenía menos temor y se sentía más apadrinado por el aplauso colectivo. Esto también era parte de su teatro, el pueblo no podía sentirse más complacido de que por fin un mandatario de nuestro estado le dijera sus cuatro verdades al gobierno norteamericano mientras ellos aplaudían el soberbio brío que expelía su presidente, pero los que pensaban con la cualidad del pundonor y el decoro fácilmente decodificaban esta burla dejando bien claro que no tiene sentido hablar pestilencias de un gobierno cuyo mayor ingreso de dólares por barriles de crudo es o era, gracias a ellos. Pero eso no le importaba al espectador oficialista, le importaba el regocijo que le proporcionaba nuestro mandatario único en su especie, valiente, soberbio, digno, insigne y reputado… ciertamente muy reputado.


Yo no discuto que los gringos sean buenos o sean malos, eso sería cuestión de cada quien pero un presidente no puede mostrar la costura de esa manera sencillamente porque la política está enlazada con la diplomacia. Eso solo indica que las ganas de querer hacerse famoso aprovechando su momento en las cámaras eran más que evidente, cruzando los dedos para que todos en Venezuela pudieran ver cómo amonestaba verbalmente a sus ARCHIENEMIGOS, sus mayores compradores de petróleo.

Pero si esto les parece infundir discordia y resentimiento en la población popular, pues el punto que destacaremos a continuación hará que los gringos sean olvidados fácilmente.

Desde muy temprano, cuando la vida política de Hugo Chávez recién empezaba a tejerse, luego de haber ganado las elecciones del 99´, distorsionó su libreto de campaña para darle espacio a una herramienta que no solo alentaría al pueblo, al enterrado y desdeñado pueblo a dar un grito de batalla a favor de Chávez, que se escucharía en cada región donde hubiere algo de pobreza, sino que además esa sería posiblemente la base más robusta para fundar su supuesta tendencia política. Esta herramienta no es nada más que, la pútrida, roñosa y miserable “burguesía”; y esa burguesía le ha sido tan útil que aún cuando ya la revolución alcanza sus 16 años, dirigido ahora por este Maduro, siguen utilizando esa herramienta para casi todo, alternado de vez en cuando con el Imperio, el Capitalismo Salvaje, una iguana comecables, La Trilogía de Mal o el Monstro de Ramo Verde con sus planes malévolos de asesinar al señor Nicolás, pues pienso que no haría ninguna falta ya que con darle un diccionario y empezar a conocer su idioma su cabeza colapsaría y explotaría dejando rastros de heces fecales por todas partes.



Pero este artilugio no solo era efectista sino multifuncional, resultaba para inculcar rencor, para adquirir confianza en el pueblo, para la absoluta y más descarada justificación, para crear cortinas de humo y por supuesto por la mera necesidad de tener un culpable, aunque el aspecto más importante fue –en mi opinión- el de sembrar esa ira, esa tirria al más humilde venezolano de poco poder adquisitivo y de cultura, y que hasta cualquiera que enlazado con las ideas izquierdistas de Chávez pudo haber caído en esa manipulación que solo deja veneno en el espíritu de un trabajador, de un joven, de una señora o un jubilado. Hay que ser  congruente de vez en cuando y utilizar eso que tenemos dentro del cráneo para que no se atrofie.

Preguntémonos, ¿Qué puede tener de sano o de edificante pervertir la percepción que pueda tener un venezolano por otro? ¿Para qué tanto empeño en alimentar esa rabia de un simpatizante de Chávez sobre un opositor de su política? ¿Esta división, esta zozobra más que infundada, sería realmente un beneficio para algún venezolano? ¿Mejorarían nuestros salarios por alcanzar niveles de odio? ¿Será que iríamos a algún banco a canjear ira acumulada por efectivo, o para un mercado por comida? No mis amigos, eso solo beneficia al gobierno y le da vida a su estrategia divisoria, y para mi, dividir a un pueblo y provocar enfrentamientos entre ellos es lo más apátrida que puede existir, porque la patria la hace un pueblo entero no solo un sector y la DEMOcracia reza que cualquier pendejo que se elija presidente tiene que gobernarlos a todos sin que la preferencia lo doblegue.

¿Y a qué me refiero cuando explico que esta situación solo puede beneficiar al gobierno?  Básicamente en eso yace “el chavismo” y esta herramienta fue el mejor vínculo que pudo usar Hugo Chávez para que el 5 de marzo del 2013 lo despidieran como todo un mesías.

Chávez usaba este principio y con una mano golpeaba al opulento de clase ricachona y con la otra consolaba al pobre haciéndolo entender que él era pobre por culpa de todo el mundo menos de él mismo.  Entonces decidió ayudarlo haciendo promesas, improvisando más que planificando posibles soluciones para colaborar con una comunidad que necesitaba un aliento de por lo menos una quincena; y salieron a la batalla innumerables Misiones para ofrecer ciertas soluciones sociales, que en lo que a mi respecta no todas fueron inútiles pero algunas solo sirvieron para deformar la ética de un supuesto “socialismo” donde empezaron a conceder dinero a costillas de no tener trabajo, de ser madre, solo por ser miembro del Psuv, si odias a Busssh también te damos platica y como nosotros somos puro amor, armonía, paz, calma y sosiego desde aquí maldecimos al triple mal parío pueblo de Israel con todo y su combo!! Jajajajaja esas contradicciones de Chávez eran divertidas… nadie puede negarlo.

Volviendo. El estado que obsequie dinero como lo describí anteriormente crea parásitos de la economía y el aspecto más perjudicado en todo esto es el “social” porque la economía no se va a derrumbar por regalar unos míseros bozales de arepa (en un país petrolero) pero la estructura social de un país empieza a sentir los alcances de toda esta propagación parasitaria que afecta desde la familia hasta en una empresa; pero caemos en lo mismo, ¿Qué necesidad tenía Chávez de “ayudar” a la gente de este modo? ¿Realmente estaba “ayudando” al hombre de bajos recursos? No, le estaba ofreciendo un respiro para que se materializara en un posible contribuyente de su partido, de su causa, en pocas palabras… convertirlo en un voto; y todos los caminos que llevan a que el Estado erogue dinero expeditamente a la mano del pueblo solo para buscar el apoyo de sus demandas, arrastrará consigo varias cosas pero al gobierno solo le importa que arrastre una, “chavistas”, es decir, votos porque la pobreza sigue existiendo.



¿Pero si todavía no sabemos qué es el chavismo, cómo sabemos qué es un chavista? Buena pregunta, ya tenemos suficiente material para descubrirlo. Explicamos más atrás que doctrina política no es, ni en un millón de años luz… ¿podría ser entonces ligeramente descrita como una tendencia política? Ligeramente si, pero una tendencia no marca ninguna diferencia, por ejemplo yo puedo ser de izquierda pero eso no me hace chavista, así que, resumiendo el conflicto, según mi apreciación el chavismo no es más que un “sentimiento” que empezó a nacer en el venezolano al momento de que Chávez corteja al pueblo con los métodos antes contados. Los venezolanos olvidados durante décadas empezaron a sentirse apreciados en su discurso, empezaron a escuchar las singulares cadenas de Chávez que en un principio eran casi a diario, empezaron a escuchar porqué los gringos altos y rubios eran malos, empezaron a entender porqué ellos eran pobres; escucharon que los burguesitos representantes de la 4ta. república eran los culpables de todo lo malo que había ocurrido; entendieron finalmente que el capitalismo era el método usado por los burgueses para hacer todo lo malo; y entre tantas cosas que entendieron, por supuesto que también les enseñaron muy bien que la cura de todo eso era el mismo Hugo Chávez y si eso era así, por añadidura los adoctrinaron también a creer que de ahí en adelante todo lo que dijera Chávez debía ser cierto porque en un idilio pueblo-líder debe haber la máxima confianza, una confianza tan ciega que te permita pensar que sin luz, sin agua, sin seguridad, con escasez en todos los rubros, en fin, con una calidad de vida proyectada a la mínima expresión, lo verdaderamente valioso es que LA REVOLUCIÓN se mantenga en pie, se mantenga más enérgica que nunca!! Para que el gobierno pueda seguir mejorando nuestra calidad de vida. ¿¿Se ríen?? Es mejor reír  para no llorar. Yo mismo he escuchado a personas decir “seguiremos comiendo mierda pero la revolución no se va”, ¿por qué tenemos que comer mierda? No se… eso sería la apreciación de algunos coprófagos, yo en lo particular pienso diferente; pero el punto es que si existe esa actitud de algunos venezolanos apoyados en un conformismo insano es porque definitivamente entre ese pueblo y ese líder -ya aún fallecido- tiene que haber un rotundo amor, un sentimiento absolutamente ciego. 



En ese caso ya no podemos hablar de partidismo, de movimiento político, de tendencia o de adeptos, tenemos que hablar de un apego basado en un completo fanatismo que termina por justificar cualquier decisión por nociva o ridícula que parezca. Como el hombre que está enamorado de una mujer que le exprime, le irrespeta, le limita en todo, le trunca su vida, se aprovecha de él y cuando los demás le dicen que su novia es una loca aprovechada, que despierte, el hombre enamorado simplemente dice “¡¡estás loco!! ¡¡Esa mujer me ama más que nadie!! Me da todo lo que yo necesito (está más buena que el carajo), no es la mujer perfecta, pero estoy seguro que me ama…etc., etc., etc.” Muy poco sabias y conocidas palabras de un pobre enamorado, a quien le van a quitar la última gota de vida y luego le van a dar una patada por ese culo.

Asimismo ha ocurrido con este gobierno, sigue ocurriendo y seguirá por años, tal cual como esa triste analogía que añadí, solo que en el ejemplo expuesto la mujer está podrida de buena y en el caso del gobierno tenemos la chequera de PDVSA, la cual paga todos los antojos que el consorcio gubernamental desee o necesite improvisar para mantener la llama de este amor encendida y además para mantenerse ellos. La única situación que nos conlleva a una solución en esta historia son aparatosas decepciones tras decepciones, desaires y angustias al sector popular apegadas al modelo social-económico que no sean compensadas con tradicionales dádivas para calmar a un pueblo hambriento, enfermo, desesperado, atacado, sin empleo, mientras ellos se siguen chupando las ganancias que produce nuestro petróleo para sus bienes personales, no porque el pueblo merezca ser golpeado, angustiado o humillado sino porque ningún pueblo merece que se le tiren pellejos cuando es dueño de las reservas de petróleo más grandes del planeta Tierra. Es así… pero a mi parecer esto no va a cambiar nunca, jamás! O por lo menos mientras los contemporáneos estemos con vida y lo explico a continuación, en el artículo “La Revolución y su Péndulo de Newton”.

Siendo esto así, el oficialismo se planteó una ecuación técnicamente perfecta que les permite hacer y deshacer lo que les da la gana en cualquier aspecto como lo han venido haciendo hasta la fecha. Pasando por encima de la mínima ética requerida este gobierno ha sido el padre de la impudicia en descaro y desfachatez, comenzando por el hecho de que llaman golpistas a unos fulanos opositores cuando el finado Presidente Galáctico Gigante Súper Ultra Mega Padre de la Revolución y prácticamente Dios, estuvo durante años planificando un golpe de estado desde las filas de las Fuerzas Armadas y la maniobra fue ejecutada hacia el fracaso. Después salió Chávez con su característica “demagogia para tontos” diciendo que eso no fue un golpe, eso fue una rebelión cívico-militar… por favor, la estupidez hecha frase.

Luego vimos cómo en nuestra cara el Presidente del CNE Jorge Rodríguez se fue directamente a las columnas del oficialismo, cuando él debió ser durante años una persona acobijada por la transparencia de un organismo individual e independiente de cualquier partido político o me parece que hubiese sido menos feo hacerlo de una forma más disimulada. Yo no digo que no pueda gozar de una vida política luego de ser funcionario del CNE pero si lo hicieron de esa forma tan descarada delante de toda Venezuela, imagínense todo lo que se negoció en la oficina a puerta cerrada sin que Venezuela los viera, ahí se los dejo…

Sin extendernos mucho en cada punto podemos agregar la soberanía alimentaria traducida en comida podrida; el aparato productor de nuestro país transformado en escasez; las hartas devaluaciones hechas a juro para mantener a nuestra desahuciada economía; tasas inflacionarias en tiempo record consecuencia de las excesivas y muy malas decisiones político-económicas; pomposos sueldos y beneficios estrafalarios a funcionarios públicos y militares mientras que nuestros médicos, docentes y otras nobles profesiones deben prácticamente mendigar un aumento salarial cuasi decente; pregonar a los cuatro vientos una supuesta libertad de expresión cuando han cerrado y censurado a todos los medios que se les ocurra pensar distinto al gobierno; recortar el cupo de dólares de internet y viajeros para no afectar nuestra economía cuando en CADIVI se perdieron 20 mil millones de $ misteriosamente; la persecución que viven los políticos opositores de parte del gobierno cuando en este país la inseguridad es dueña de nuestras vidas; y si de ahí seguimos podemos exponer muchos casos que hacen trascender a este gobierno en un modelo cínico basado en la frescura de ser los omnipotentes mandatarios de nuestra querida y abandonada Venezuela. Estas no son más que pruebas dignas y fieles de un gobierno contradictorio pero como ya los habíamos apuntado en párrafos anteriores, todo esto es culpa de la burguesía, de la 4ta, de Leopoldo López, de las guarimbas, del fenómeno del Niño, del Imperio!! De quien sea menos del gobierno, aún cuando ellos tienen todos los poderes centralizados y son los dueños de todas las decisiones que se toman en este país.

En fin, volviendo a la pregunta de inicio. ¿Qué tiene que hacer un presidente con su país para que lo lloren como si hubiera fallecido un hijo mismo?

Respuesta. Decir y hacer lo que haga falta para que el pueblo se enamore de él y después de conseguir ese sentimiento debe: mantener al pueblo ignorante, adoctrinar su juicio, envenenarlo, darle dádivas, justificarlo y volverlo dependiente de la revolución para que te llore cuando te vayas!




Ryu.

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