martes, 9 de octubre de 2012

Rayuela


Comienzo haciendo referencia a esta "contranovela" escrita por Julio Cortázar durante su estadía en Paris y publicada por allá en el año de 1963. Rayuela es (vista por fuera), uno más de esos objetos-símbolo tan maravillosos que nos legó la misma década que nació con The Beatles, y que luego de hacer el amor, promover la paz y hacer la guerra, ver caer a Kennedy y al Che Guevara, cerró con broche de oro colocando el primer hombre en la luna y celebrando el festival de rock más grande y legendario de la historia: los gloriosos años 60.


En otro contexto y algunos años antes, entre las teorías modernas relacionadas con la astrofísica. Einstein propuso que todos los cuerpos generan una curvatura en el espacio y como consecuencia de esa curvatura todo aquello que se aproxima al objeto es afectado por la pendiente de la fulana curva, resultando finalmente atraído hacia él. Es la forma en que la física moderna explica esa fuerza de atracción llamada gravedad.
Extrapolando, libros como Rayuela, son objetos que apenas irrumpen en el mundo, generan una enorme curvatura en el espacio y es con esa amplitud que ejercen una constante fuerza de atracción entre entusiastas lectores, soñadores y enamorados.  

Pero ¿Por qué Rayuela? Pues en principio, por su vanguardismo. “Por la invitación que extiende al lector a no ser pasivo, y participar activamente en un constante debate silencioso con el autor y el universo de su obra, que es el suyo propio”. Por brindar múltiples alternativas para su lectura. Por llevarnos a explorar nuevas y atrevidas formas y técnicas narrativas. Por la complejidad psicológica y la belleza presente en sus Personajes. Esa conciencia lúdica tan acertadamente representada en el juego infantil que le da su nombre; Rayuela. Por sus alegorías, sus encuentros y desencuentros. La maestría con que nos asoma a los límites, los abismos y los puentes de la conciencia, del inconsciente. Por los momentos en que roza con el surrealismo. Pero también por sus referencias artísticas, literarias, musicales (jazz), cinematográficas. Por la vida en Paris, sus calles, los puentes sobre el Sena. Porque, como todas las grandes obras es poseedora de un lenguaje propio, único, categórico. 
Por su metafísica, su lirismo. Por ser una obra espléndida y universal. Y quizás, por ser también una obra central de lo que fue conocido como el "Boom latinoamericano". Por esto y mucho más, la considero una lectura indispensable, obligatoria.  
Por otra parte, de un modo más personal, esta valoración deviene en que más tarde, su lectura, en una especie de comunión, se convertiría en punto de encuentro con el primer gran amor de mi vida.
Hoy, al recordarlo, vuelvo a abrir la caja de pandora y concluyo: 
No hay mejor libro para encontrarse, para enamorar y enamorarse. Para leerse pasajes antes de hacer el amor y también 
después, comentarlo en la mesa mientras se unta mantequilla sobre el pan y se sirve un poco de vino, mirándose a los ojos con la complicidad de los que comparten la intimidad y los libros. Por todo lo que tenemos de Horacio y de la Maga los eternos amantes. A Cortázar: Muchísimas Gracias!!!

GM

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